Literatura & Psicología

4.7.17

Onanismo imaginario

Les he dado mi cuerpo a hombres y a mujeres                              
no diré que por igual
porque se lo he dado más a los hombres
y no es que me guste su forma
tanto como el olor a jazmín de ciertas muchachas
sino porque hay algún hueso / una fibra
que encaja
perfectamente
entre sus átomos

les he dado mi cuerpo a mis hijos
como es natural:
el crujir de dientes y la raíz del cabello
de mi entraña sorbieron memorias
en la orilla del pozo erigieron castillos
y así está bien / no espero nada
que no sea el oleaje tierno de sus besos

y también
les he dado mi cuerpo a los gatos
largas horas afilaron sus garras en mi cuero cabelludo
me cambiaron un día feliz
por una lata de atún y un tazón con leche
tuvieron la gentileza de no morder mis tobillos
ni entrar en celo en mi cocina

no puedo decir que me quedé vacía
mi cuerpo rezuma miel
y de mi boca emerge el humo salvaje de los deseos
no importa qué tanto escancie sus vinos
siempre hay frutas nuevas
pero mentiría si dijese que no me he roto algún hueso
que dar mi cuerpo ha sido un acto continuo de amor
¡no es verdad!
a veces lo di por tedio
por esa fuerza invisible que hace dar vueltas una vasija
sin derramar su agua
por la vil fantasía de mujer con torso de ave
y dos gramos de necrofilia
por traer alcohol en las venas
miedo en las costillas
alquitrán en los pulmones
no siempre fue mi cuerpo un lugar sagrado
a veces lo abrí con la frialdad que se corta un hígado
a veces lo ofrecí cual rosa y lo hicieron pedazos
a veces lo intenté refugiar del hambre
y acabé con un hacha en el vientre

hoy he recogido mi esqueleto
mía es cada célula ósea
mío el dolor y mía la tristeza
no hay nada malo en hacerle un funeral a mis costillas
en encender la fogata de los fracasos
y sentarme frente a la llama a ver danzar las sombras
yo sé que son sombras / el sueño espectral
de un niño

en otro universo

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